14. Así que alégrense cuando los insulten por ser cristianos, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes.
15. Sin embargo, si sufren, que no sea por matar, robar, causar problemas o entrometerse en asuntos ajenos.
16. En cambio, no es nada vergonzoso sufrir por ser cristianos. ¡Alaben a Dios por el privilegio de que los llamen por el nombre de Cristo!