1 Crónicas 21:5-17 Nueva Traducción Viviente (NTV)

5. y le informó a David el número de personas. Había en todo Israel 1.100.000 guerreros que podían manejar una espada, y 470.000 en Judá;

6. pero Joab no incluyó a las tribus de Leví y Benjamín en el censo, porque estaba muy afligido por lo que el rey le había ordenado hacer.

7. Dios se disgustó mucho por el censo y castigó a Israel por haberlo levantado.

8. Entonces David le dijo a Dios: «He pecado grandemente al haber hecho el censo. Te ruego que perdones mi culpa por haber cometido esta tontería».

9. Entonces el Señor le habló a Gad, el vidente de David, y le dio este mensaje:

10. «Ve y dile a David: “Esto dice el Señor: ‘Te doy tres opciones; escoge uno de estos castigos, y yo te lo impondré’”».

11. De modo que Gad fue a ver a David y le dijo:—Estas son las opciones que el Señor te da:

12. puedes elegir entre tres años de hambre, tres meses de destrucción a espada de tus enemigos o tres días de una terrible plaga durante la cual el ángel del Señor traerá devastación por toda la tierra de Israel. Decide y dime qué respuesta debo darle al Señor, quien me envió.

13. —¡Estoy en una situación desesperada! —le respondió David a Gad—. Mejor que caiga yo en las manos del Señor, porque su misericordia es muy grande, y que no caiga yo en manos humanas.

14. Por lo tanto, el Señor mandó una plaga sobre Israel, y como consecuencia murieron setenta mil personas.

15. Además Dios envió un ángel para destruir a Jerusalén. Sin embargo, en el momento que el ángel se disponía a destruirla, el Señor desistió y le dijo al ángel de la muerte: «¡Detente! ¡Ya es suficiente!». En ese momento el ángel del Señor estaba de pie junto al campo de trillar de Arauna el jebuseo.

16. David levantó la vista y vio que el ángel del Señor estaba entre el cielo y la tierra con su espada desenvainada, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los líderes de Israel se pusieron tela áspera en señal de su profunda angustia y cayeron rostro en tierra.

17. David le dijo a Dios: «¡Soy yo quien pidió el censo! ¡Soy yo el que pecó e hizo el mal! Pero estas personas son tan inocentes como ovejas, ¿qué han hecho? Oh, Señor mi Dios, que tu enojo caiga sobre mí y mi familia, pero no destruyas a tu pueblo».

1 Crónicas 21