12. Los filisteos abandonaron sus dioses allí, así que David dio órdenes de que fueran quemados.
13. Poco tiempo después, los filisteos volvieron y de nuevo hicieron una incursión en el valle.
14. Una vez más David le preguntó a Dios qué debía hacer. «No los ataques de frente —le contestó Dios—. En cambio, rodéalos y, cerca de los álamos, atácalos por la retaguardia.