46. ¡Levántense! ¡Vamos! Miren, está cerca el que Me entrega."
47. Mientras Jesús estaba todavía hablando, Judas, uno de los doce (discípulos), llegó acompañado de una gran multitud con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
48. El que Lo entregaba les había dado una señal, diciendo: "Al que yo bese, El es; Lo pueden prender."
49. Enseguida se acercó a Jesús y dijo: "¡Salve, Rabí!" Y Lo besó.
50. "Amigo, haz lo que viniste a hacer," le dijo Jesús. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y Lo arrestaron.
51. Y uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó la oreja.
52. Entonces Jesús le dijo: "Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán.
53. ¿O piensas que no puedo rogar a Mi Padre, y El pondría a Mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles?
54. Pero, ¿cómo se cumplirían entonces las Escrituras que dicen que así debe suceder?"
55. En aquel momento Jesús dijo a la muchedumbre: "¿Como contra un ladrón han salido con espadas y palos para asegurarse que Me arrestaban? Cada día Me sentaba en el templo para enseñar, y no Me prendieron.
56. Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas." Entonces todos los discípulos Lo abandonaron y huyeron.
57. Los que prendieron a Jesús Lo llevaron ante el sumo sacerdote Caifás, donde estaban reunidos los escribas y los ancianos.