9. ¿Por qué has profetizado en nombre del Señor, diciendo: 'Esta casa será como Silo y esta ciudad quedará desolada sin habitante alguno?'" Y todo el pueblo se congregó contra Jeremías en la casa del Señor.
10. Cuando los jefes de Judá oyeron estas cosas, subieron de la casa del rey a la casa del Señor, y se sentaron a la entrada de la Puerta Nueva de la casa del Señor.
11. Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, y les dijeron: "¡Sentencia de muerte para este hombre!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como han oído con sus propios oídos."
12. Entonces Jeremías habló a todos los jefes y a todo el pueblo, y les dijo: "El Señor me ha enviado a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad todas las palabras que han oído.
13. Ahora bien, enmienden sus caminos y sus obras, y obedezcan al Señor su Dios, y el Señor se arrepentirá del mal que ha pronunciado contra ustedes.
14. En cuanto a mí, estoy en sus manos; hagan de mí como mejor y más recto sea a sus ojos.
15. Pero sepan bien que si me matan, sangre inocente echarán sobre ustedes y sobre esta ciudad y sobre sus habitantes; porque en verdad el Señor me ha enviado a ustedes para hablar en sus oídos todas estas palabras."
16. Entonces los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: "Que no haya sentencia de muerte para este hombre, porque en nombre del Señor nuestro Dios nos ha hablado."
17. Y se levantaron algunos de los ancianos del país y hablaron a toda la asamblea del pueblo, y dijeron: