5. Fui, pues, y lo escondí junto al Eufrates como el Señor me había mandado.
6. Después de muchos días el Señor me dijo: "Levántate, vete al Eufrates y toma de allí el cinturón que te mandé que escondieras allá."
7. Fui, pues, al Eufrates y cavé, tomé el cinturón del lugar donde lo había escondido, y resultó que el cinturón estaba podrido; no servía para nada.
8. Entonces vino a mí la palabra del Señor:
9. "Así dice el Señor: 'De la misma manera haré que se pudra la soberbia de Judá y la gran soberbia de Jerusalén.
10. Este pueblo malvado, que rehúsa escuchar Mis palabras, que anda en la terquedad de su corazón y se ha ido tras otros dioses a servirles y a postrarse ante ellos, ha de ser como este cinturón que no sirve para nada.
11. Porque como el cinturón se adhiere a la cintura del hombre, así hice adherirse a Mí a toda la casa de Israel y a toda la casa de Judá,' declara el Señor, 'a fin de que fueran para Mí por pueblo y por renombre, para alabanza y para gloria, pero no escucharon (obedecieron).'
12. "También les dirás esta palabra: 'Así dice el Señor, Dios de Israel: "Todo cántaro se llenará de vino."' Y cuando ellos te digan: '¿Acaso no sabemos bien que todo cántaro ha de llenarse de vino?'
13. entonces les dirás: 'Así dice el Señor: "Voy a llenar de embriaguez a todos los habitantes de esta tierra: a los reyes sucesores de David que se sientan sobre su trono, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los habitantes de Jerusalén.
14. Los estrellaré unos contra otros, los padres y los hijos por igual," declara el Señor. "No tendré piedad, ni lástima, ni compasión, para dejar de destruirlos."'"
15. Escuchen y presten atención, no sean altaneros, Porque el Señor ha hablado.