13. pues al que no ha tenido compasión se le juzgará sin compasión. Y el que ha mostrado compasión triunfará a la hora del juicio.
14. Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe?
15. Por ejemplo: un hermano o una hermana no tiene ropa para vestirse y tampoco tiene el alimento necesario para cada día.
16. Si uno de ustedes le dice: «Que te vaya bien, abrígate y come todo lo que quieras», pero no le da lo que necesita su cuerpo, ¿de qué le sirve?
17. Así pasa también con la fe: por sí sola, sin acciones, está muerta.
18. Pero alguien puede decir: «Tú tienes fe, y yo tengo acciones. Pues bien, muéstrame tu fe sin las acciones, y yo te mostraré mi fe por medio de mis acciones».
19. Tú crees que hay un solo Dios. ¡Qué bien! Pero también los demonios lo creen, y tiemblan.
20. ¡No seas tonto! Debes darte cuenta de que la fe sin las acciones es inútil.
21. Nuestro antepasado Abraham fue declarado justo por lo que hizo. Él ofreció como sacrificio a su hijo Isaac sobre el altar.
22. Date cuenta de que su fe iba acompañada de sus acciones, y por medio de sus acciones su fe llegó a ser perfecta.
23. Así se cumplió la Escritura que dice: «Abraham creyó a Dios y eso se le tomó en cuenta como justicia». Y a Abraham lo llamaron amigo de Dios.
24. Como pueden ver, a una persona se la declara justa por sus acciones, y no sólo por su fe.
25. Lo mismo le pasó a Rahab, la prostituta, cuando recibió a los espías y los ayudó a huir por otro camino. Ella fue declarada justa.
26. Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, la fe sin acciones está muerta.