20. ¿Pueden los gobernantes injustos decir que tú estás de su parte; gobernantes que se apoyan en sus propias leyes para hacer maldad?
21. Ellos acusan a la gente recta y condenan a muerte al inocente.
22. El SEÑOR es mi fortaleza; mi Dios es la gran roca donde puedo refugiarme.