33. pero nunca lo dejaré de amar ni mis promesas le faltarán.
34. No, no romperé mi pacto; no me arrepentiré de ninguna de las palabras que dije.
35. Porque a David le juré, y yo que soy santo, no puedo mentir,
36. que su descendencia continuará para siempre y que su trono es tan seguro como lo es el sol.
37. Será tan eterno como la luna, fiel testigo mío en el cielo».
38. Pero tú lo has rechazado. ¿Por qué enojarse tanto con aquel que elegiste por rey?
39. Has renunciado a tu pacto con él. Porque tú has echado su corona en el polvo.