14. Como disfrutábamos nuestras amistad mientras juntos caminábamos a la casa de Dios.
15. Que a mis enemigos la muerte los tome por sorpresa. Que el sepulcro se los trague vivos, pues en ellos habita la maldad.
16. Pero yo clamaré al SEÑOR, él me salvará.
17. Oraré de mañana, al medio día y de noche, suplicándole a Dios; él escuchará.
18. Aunque son muchos los que están en contra mía, él me rescata y me salva de la batalla que se libra contra mí.
19. Dios, que reina para siempre, me escuchará y los humillará. Porque mis enemigos se negaron a cambiar de conducta, no tienen temor de Dios.
20. Levantan la mano contra sus amigos y no cumplen sus compromisos.
21. Sus palabras eran suaves como aceite, pero en su corazón había guerra. Sus palabras eran blandas como crema, pero ocultaban puñales.
22. Lleva tus cargas al SEÑOR, él te sostendrá. No permitirá que el santo resbale o caiga.