8. Que todos en el mundo teman al SEÑOR, y ante él sientan sobrecogido respeto.
9. Porque bastó que hablara, y surgió el mundo. ¡A su mandato, apareció!
10. Desbarata los planes de todas las naciones, y frustra todos sus proyectos.
11. pero los planes de él permanecen para siempre. Sus intenciones son inamovibles.
12. Bendita la nación cuyo Dios es el SEÑOR, que ha sido elegida por él como pueblo suyo.