2. Respóndeme pronto cuando a ti clamo; inclina tu oído y escucha el susurro de mi súplica. Sé para mí la gran roca que me protege de mis enemigos.
3. Sí, tú eres mi roca y mi fortaleza; honra el nombre tuyo sacándome de este peligro.
4. Líbrame de la trampa que mis enemigos han armado para mí. Porque sólo en ti hallo protección.
5. En tus manos encomiendo mi espíritu. Tú, el Dios que cumple sus promesas, me has rescatado.
6. Odio a los que adoran ídolos sin valor; yo confío en el SEÑOR.
7. Irradio gozo por tu misericordia; porque me has escuchado en mis tribulaciones y has visto las crisis de mi espíritu.
8. No me entregaste a mi enemigo sino que me pusiste en un lugar seguro.