1. Al director musical. De David, siervo del SEÑOR. David dedicó al SEÑOR la letra de esta canción cuando el SEÑOR lo libró de Saúl y de todos sus enemigos. Dijo así:SEÑOR, ¡cuánto te amo! Porque eres mi fuerza.
2. El SEÑOR es mi fortaleza, mi roca y mi salvación; mi Dios es la roca en la que me refugio. Él es mi escudo, el poder que me salva.
3. Basta que clame a él para ser librado de todos mis enemigos: ¡Alabado sea el SEÑOR!
4. La muerte me envolvió con sus lazos; y torrentes de maldad se lanzaron poderosos contra mí.