6. El capataz le dijo:—Es la joven moabita que volvió con Noemí.
7. Me pidió permiso esta mañana para recoger las gavillas que se les caían a los segadores, y ha estado recogiéndolas desde entonces, salvo unos pocos minutos que estuvo descansando a la sombra.
8. Booz se dirigió a ella y le dijo:—Escucha, hija mía. Quédate aquí para espigar. No vayas a otros campos.
9. Sigue detrás de mis segadoras. Yo les he dicho a los hombres que no te molesten; y cuando tengas sed, bebe del agua que sacan los criados.
10. Ella le dio gracias de todo corazón:—¿Cómo puedes ser tan bondadoso conmigo? —preguntó—. Tú sabes que yo tan sólo soy una extranjera.
11. —Sí —replicó Booz—, pero sé también de todo el amor y bondad que has mostrado a tu suegra desde la muerte de tu marido, y cómo has dejado a tu padre y a tu madre en tu tierra y has venido a vivir entre nosotros como extranjera.
12. Que el Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte, te bendiga por ello.
13. —Gracias, señor —contestó ella—, tú has sido bondadoso conmigo, aunque ni siquiera soy una de tus trabajadoras.
14. A la hora de la comida, Booz la llamó:—Ven y come con nosotros.Ella se sentó con los segadores y él le sirvió comida, más de la que podía comer.
15. Y cuando volvió al trabajo nuevamente, Booz les dijo a sus hombres que la dejaran espigar entre las gavillas sin prohibírselo,
16. y que dejaran caer espigas con el propósito de que ella las recogiera, y no la reprendieran.
17. Ella trabajó allí todo el día, y en la tarde, después de desgranar la cebada que había espigado la midió, y eran como veinticuatro litros.
18. Se los llevó a la ciudad y se los dio a su suegra, juntamente con la comida que había sobrado.
19. —¿Cómo pudiste sacar tanto? —exclamó Noemí—. ¿Dónde has estado espigando hoy? Gracias a Dios por la persona que ha sido tan bondadosa contigo.Rut le contó a su suegra todo lo ocurrido y le dijo que el nombre del propietario del campo era Booz.