Romanos 5:7-15 Nueva Biblia al Día (NBD)

7. Es muy difícil que alguien dé su vida por una persona justa y buena, aunque, en efecto, pudiera darse un caso así.

8. Dios, no obstante, nos demostró su amor al enviar a Cristo a morir por nosotros, aun cuando éramos pecadores.

9. Con mucha más razón, ahora Dios nos salvará de la ira final al habernos hecho justos por medio de la muerte de Cristo.

10. Pues si cuando éramos enemigos nos reconcilió con él mismo por la muerte de su Hijo, ¡cómo no ha de salvarnos ahora por su vida!

11. Y además de todo esto, también nos sentimos orgullosos en Dios, gracias a nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos sido reconciliados con Dios.

12. Por el pecado de un hombre, el pecado entró en el mundo, y por el pecado llegó la muerte. Y como todos pecaron, la muerte ha pasado a todos.

13. Antes de la ley, la humanidad pecaba; pero como no había ley, no se le podía declarar culpable de haberla transgredido.

14. Lo cierto es que, desde los días de Adán hasta Moisés, la gente experimentó la muerte. Claro, su pecado no fue como el de Adán, que transgredió un mandato de Dios. Este Adán fue figura de aquel que habría de venir.

15. Sin embargo, no hay comparación entre el pecado de Adán y el regalo que Dios nos da: El primer hombre provocó la muerte de muchos con su pecado; pero por el amor de otro hombre, Jesucristo, abundó para muchos el amor y el regalo gratuito de Dios.

Romanos 5