4. ¡Hasta han arriesgado la vida por salvarme! Y no soy el único que les está agradecido; todas las iglesias gentiles lo están también.
5. Salúdenme también a las personas que se congregan a adorar al Señor en la casa de Priscila y Aquila. También a Epeneto, mi gran amigo: él fue el primero en convertirse al cristianismo en Asia.
6. Recuerdos a María, que se ha esforzado tanto por ayudarlos a ustedes.
7. Lo mismo a Andrónico y a Junias, parientes míos y compañeros de prisión, los cuales son muy apreciados entre los apóstoles; ellos se hicieron cristianos antes que yo.
8. Saludos a Amplias, a quien amo como hermano en el Señor.
9. Salúdenme a Urbano, nuestro compañero de trabajo en Cristo, y a mi amado hermano Estaquis.
10. Luego salúdenme a Apeles, que tantas veces ha demostrado su fidelidad a Cristo. Y recuerdos a los de la familia de Aristóbulo.
11. Saludos también a mi pariente Herodión, y a los de la familia de Narciso, que son fieles al Señor.
12. Saludos a Trifena y a Trifosa, obreras esforzadas del Señor. Saluden también a mi querida hermana Pérsida, que ha trabajado tanto por el Señor.
13. Saludos a Rufo, que es un distinguido creyente, así como a su querida madre, que ha sido como una madre para mí.
14. Y denles saludos a Asíncrito, a Flegonte, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están con ellos.
15. Saludos a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los hermanos que estén con ellos.
16. Y salúdense unos a otros con un beso santo. Todas las iglesias de Cristo les envían saludos.
17. Les ruego hermanos que se aparten de los que causan divisiones y problemas, y que están en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado.
18. Esos maestros no están trabajando para Cristo nuestro Señor, sino para su propio beneficio. Le hablan a la gente con palabras bonitas y engañan fácilmente a los ingenuos.