2. Cada uno debe agradar a su prójimo, y hacer cuanto contribuya al bien y a la edificación de su fe.
3. Ni siquiera Cristo trató de complacerse. Como está escrito: “Los insultos de quienes te ofendían cayeron sobre mí.”
4. De hecho, todo lo que fue escrito hace tiempo se escribió para enseñarnos, a fin de que, con el consuelo y la constancia que las Escrituras nos dan, mantengamos la esperanza.
5. ¡Que Dios, que da aliento y perseverancia, les ayude a vivir juntos en armonía, tal como Cristo nos dio el ejemplo!
6. ¡Y que podamos así, juntos y a una voz, glorificar a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo!