3. Estas ciudades son para habitar, y las tierras circundantes son para el ganado, las ovejas y otros animales que puedan poseer.
4. Las tierras de pastoreo estarán inmediatamente a continuación de los muros de la ciudad y será una franja de cuatrocientos cincuenta metros en torno a la ciudad,
5. De este modo el diámetro de la ciudad se verá aumentado en novecientos metros.
6. »Asignarán a los levitas cuarenta y ocho ciudades, seis de las cuales serán ciudades de refugio. En ellas podrá refugiarse cualquier persona que haya dado muerte a otra en forma accidental.
7. En total serán cuarenta y ocho las ciudades que se darán a los levitas con sus correspondientes tierras de pastoreo.
8. Estas ciudades estarán distribuidas en diversos lugares de la nación. Las tribus más grandes, que tienen muchas ciudades, darán más ciudades a los levitas, mientras que las tribus más pequeñas les darán menos ciudades».
9. Y el SEÑOR le dijo a Moisés:
22-23. »Pero si se trata de un accidente, de un caso en que alguien arroja una piedra y sin querer golpea y mata a quien no era su enemigo,
24. el pueblo juzgará si hay que entregar o no al homicida en manos del vengador de la sangre.
25. Si se llega a conclusión de que la muerte fue accidental, el pueblo protegerá al homicida para que no caiga en manos del vengador de la sangre. El homicida será residente permanente de la ciudad de refugio. Vivirá allí hasta la muerte del sumo sacerdote.
26. »Si el homicida sale de la ciudad,
27. y el vengador lo encuentra fuera de ella y le da muerte, no es un asesinato,
28. porque el hombre debió haber permanecido dentro de la ciudad hasta la muerte del sumo sacerdote. Pero después de la muerte del sumo sacerdote, el hombre puede volver a su tierra y a su hogar.
29. Estas son leyes permanentes para todo Israel de generación en generación.
30. »Todos los homicidas serán ejecutados, pero solamente si hay más de un testigo. Ningún hombre podrá ser ejecutado por el testimonio de una sola persona.
31. Cualquiera que sea declarado culpable de asesinato, debe morir, y no se aceptará rescate por él.
32. Tampoco se podrá aceptar que un refugiado en una de estas ciudades pague para que se le permita regresar a su hogar antes de la muerte del sumo sacerdote.
33. Mediante el cumplimiento de estas normas la tierra no se contaminará, porque el asesinato contamina la tierra, y no se puede hacer reparación por la muerte de una persona sino por la ejecución del asesino.
34. No contaminen la tierra donde van a vivir, porque yo, el SEÑOR, viviré allí entre ustedes».