48. Entonces los oficiales y los comandantes de batallones se acercaron a Moisés y le dijeron:
49. «Hemos pasado lista a los hombres que salieron a la batalla, y ninguno de nosotros falta.
50. Por lo tanto hemos traído al SEÑOR una ofrenda tomada de nuestro botín para que nos perdone todos nuestros pecados: oro, joyas, brazaletes, anillos, aros y collares».
51-52. Moisés y Eleazar el sacerdote recibieron esta ofrenda especial de los capitanes y comandantes de batallones y encontraron que el valor era de unos doscientos kilos de oro.
53. (Los soldados habían reservado el botín que a cada cual correspondía.)
54. La ofrenda fue llevada al santuario y quedó delante del SEÑOR como memoria del pueblo de Israel.