1. El pueblo de Israel siguió su viaje hacia las llanuras de Moab y acampó al oriente del río Jordán, frente a Jericó.
4. Rápidamente consultaron a los jefes de Madián.—Está muchedumbre va a comernos con la misma facilidad con que un buey come pasto —exclamaron los moabitas.Entonces el rey Balac
7. La comitiva, compuesta de algunos de los príncipes de Moab y de Madían, se presentó ante Balán, dinero en mano, y le refirieron las palabras de Balac.
8. —Quédense esta noche —dijo Balán—. Les contaré en la mañana lo que el SEÑOR me ordene hacer.Y así lo hicieron.
9. Aquella noche el SEÑOR vino y le preguntó a Balán:—¿Quiénes son estos hombres?
10. —Ellos han venido de parte del rey Balac de Moab —le explicó—.
11. El rey dice que un pueblo enorme ha venido de Egipto y ha llegado hasta sus fronteras. Quiere que yo vaya inmediatamente y los maldiga. Tiene la esperanza de que pueda vencerlos en la batalla si yo voy con ellos y maldigo a los invasores.
12. —No lo hagas —le dijo el SEÑOR—. No debes maldecirlos, porque ellos tienen mi bendición.
13. Al día siguiente Balán les dijo a los hombres:—Váyanse, el SEÑOR no me deja ir con ustedes.
14. Los embajadores del rey Balac regresaron e informaron al rey de la negativa de Balán.
15. Pero Balac insistió. Envió un número mayor y más distinguido de embajadores.
16-17. Estos se presentaron ante Balán y le dieron el siguiente mensaje:—El rey Balac te ruega que vayas. Promete darte grandes honores y cualquier cantidad de dinero que pidas. Ven de inmediato, y maldice a ese pueblo.
18. Pero Balán replicó:—Aunque Balac me ofreciera un palacio repleto de oro y plata, yo no podría hacer nada contrario a los mandamientos del SEÑOR mi Dios.