7. Pero tú, y tus hijos, personalmente llevarán a cabo el servicio sagrado incluyendo el del altar y todo lo que está dentro de la cortina, porque el sacerdocio es una tarea especial que Dios ha puesto en tus manos. Cualquier persona que trate de realizar estos deberes sin ser de tus descendientes morirá».
8. Además el SEÑOR le dio estas órdenes a Aarón: «He cedido a los sacerdotes todos los presentes que se ofrecen al SEÑOR; todas las ofrendas que se presentan al SEÑOR meciéndolas delante del altar te pertenecen a ti y a tus hijos por norma permanente.
9. Las ofrendas de grano, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa son tuyas, salvo el puñado que se presenta al SEÑOR quemándolo sobre el altar. Estas son ofrendas muy sagradas.
10. Sólo podrán comerse en el santuario, y solamente comerán de ella los varones.
11. »Todas las otras ofrendas que se me ofrecen mecidas delante del altar son para ti y para tu familia, hijos e hijas por igual. Todos los miembros de tu familia pueden comerlas salvo alguno que esté ceremonialmente impuro en el momento de la comida.
12. »También son tuyos los primeros frutos de la cosecha que el pueblo trae para ofrecer al SEÑOR: lo mejor del aceite de oliva, del grano
13. y de toda otra cosecha. Tu familia puede comer todas estas ofrendas, menos el que se encuentre ceremonialmente impuro.
16. Sin embargo, no podrás aceptar a los hijos primogénitos, ni los primogénitos de los animales que no se pueden comer. Pero tendrán que redimirlos pagando sesenta gramos de plata por cada hijo primogénito. Esto tiene que ser pagado cuando cumpla un mes de edad.
17. »Sin embargo, los primogénitos de vacas, ovejas o cabras no podrán ser redimidos porque serán sacrificados al SEÑOR. Su sangre será rociada sobre el altar y se hará arder su grasa sobre el altar como ofrenda encendida de olor muy agradable delante del SEÑOR.
18. La carne de estos animales será tuya, incluyendo el pecho y la pierna derecha, que son presentados meciéndolos delante del altar:
19. Sí, yo te he dado todas estas “ofrendas mecidas” que los israelitas presentan al SEÑOR. Son para que tú y tu familia las coman. Este es un convenio permanente entre el SEÑOR, tú y tus descendientes.
20. »Los sacerdotes no podrán poseer tierras ni tener otros ingresos, porque el tenerme a mí les será suficiente.