26. Y les dije: «¿No fue éste exactamente el pecado de Salomón? No hubo rey que se pudiera comparar con él, y Dios lo amó y lo hizo rey sobre todo Israel. Pero aun así fue llevado a la idolatría por sus mujeres extranjeras que tenían dioses distintos al nuestro.
27. ¿Creen ustedes que pasaremos por alto este mal tan grande que están cometiendo contra Dios?»
28. Uno de los hijos de Joyadá, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sambalat el horonita, de modo que lo expulsé de mi lado.
29. «¡Castiga a esta gente, Dios mío, porque han contaminado el sacerdocio y las promesas y pactos de los sacerdotes y levitas!»
30. Así que expulsé a todos los extranjeros, y asigné las tareas a los sacerdotes y levitas, a cada uno en el trabajo que conocían.