20. Igualmente, una persona se conoce por las acciones que realiza.
21. »No todos los que se dirijan a mí llamándome “Señor, Señor”, entrarán en el reino de los cielos. Allí sólo entrarán los que obedezcan a mi Padre que está en el cielo.
22. El día del juicio muchos me dirán: “Señor, nosotros predicamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios y realizamos muchísimos milagros”.
23. Pero yo les responderé: “A ustedes nunca los conocí. Apártense de mí, porque sus obras son malignas”.
24. »Todo el que presta atención a mis enseñanzas y las pone en práctica es tan sabio como el hombre que edificó su casa sobre una roca bien firme.
25. Cuando llegaron las lluvias, las inundaciones y los huracanes, la casa no se derrumbó porque estaba edificada sobre roca.
26. Pero el que oye mis enseñanzas y no las pone en práctica, es como el tonto que edificó su casa sobre la arena.
27. Cuando llegaron las lluvias, las inundaciones y los fuertes vientos, la casa se derrumbó y su ruina fue irreparable».
28. Cuando Jesús terminó de impartir estas enseñanzas, la multitud que lo había escuchado quedó admirada,
29. porque enseñaba como alguien que tiene gran autoridad y no como los escribas.