Mateo 27:20-37 Nueva Biblia al Día (NBD)

20. Pero los principales sacerdotes y ancianos, que no perdían tiempo, persuadieron al gentío para que pidiera que soltaran a Barrabás y mataran a Jesús.

21. Cuando el gobernador volvió a preguntar a cuál de los dos querían ellos que soltara, gritaron:—¡A Barrabás!

22. —¿Y qué hago con Jesús el Mesías?—¡Crucifícalo!

23. —¿Por qué? —exclamó Pilato asombrado—. ¿Qué delito ha cometido?Pero la multitud, enardecida, no cesaba de gritar:—¡Crucifícalo!, ¡crucifícalo!

24. Cuando Pilato se dio cuenta de que no estaba logrando nada y que estaba a punto de formarse un disturbio, pidió que le trajeran una palangana de agua y se lavó las manos en presencia de la multitud. Y dijo:—Soy inocente de la sangre de este hombre. ¡Allá ustedes!

25. Y la turba le respondió:—¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!

26. Pilato soltó a Barrabás. Pero a Jesús lo azotó y lo entregó a los soldados romanos para que lo crucificaran.

27. Primero lo llevaron al pretorio. Allí, reunida la soldadesca,

28. lo desnudaron y le pusieron un manto escarlata.

29. A alguien se le ocurrió ponerle una corona de espinas y una vara en la mano derecha a manera de cetro. Burlones, se arrodillaban ante él.—¡Viva el Rey de los judíos! —gritaban.

30. A veces lo escupían o le quitaban la vara y lo golpeaban con ella en la cabeza.

31. Por fin, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y se lo llevaron para crucificarlo.

32. En el camino hallaron a un hombre de Cirenel llamado Simón, y lo obligaron a llevar la cruz que Jesús cargaba.

33. Ya en el lugar conocido como Gólgota (Loma de la Calavera),

34. los soldados le dieron a beber vino con hielm. Tras probarlo, se negó a beberlo.

35. Una vez clavado en la cruz, los soldados echaron suertes para repartirse su ropa,

36. y luego se sentaron a contemplarlo.

37. En la cruz, por encima de la cabeza de Jesús, habían puesto un letrero que decía: «Este es Jesús, el Rey de los judíos».

Mateo 27