3-4. En aquel mismo instante, los principales sacerdotes y los funcionarios judíos se reunían en la residencia de Caifás, el sumo sacerdote, y discutían sobre la manera de capturar a Jesús a espaldas del pueblo y matarlo.
26. Mientras comían, Jesús tomó un pedazo de pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos.—Tomen. Cómanlo; esto es mi cuerpo.
27. Tomó luego una copa de vino, la bendijo y también la dio a sus discípulos.—Beban esto,
28. porque esto es mi sangre que sella el nuevo pacto. Mi sangre se derramará para perdonar con ella los pecados de infinidad de personas.
29. Recuerden: No volveré a beber de este vino hasta el día en que beba con ustedes del nuevo vino en el reino de mi Padre.
30. Después de estas palabras, cantaron un himno y se fueron al monte de los Olivos.
31. Allí Jesús les dijo:—Esta noche ustedes se alejarán de mí desilusionados, porque las Escrituras dicen que Dios herirá al pastor y las ovejas del rebaño se dispersarán.
32. Pero después que resucite, iré a Galilea a encontrarme con ustedes.
33. —Aunque los demás te abandonen, yo jamás te abandonaré —le dijo Pedro.
34. —Pedro —le respondió Jesús—, te aseguro que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.