Mateo 21:12-27 Nueva Biblia al Día (NBD)

12. Jesús se dirigió al templo y echó fuera a los que allí vendían y compraban, y volcó las mesas de los que cambiaban dinero y las sillas de los que vendían palomas. Y dijo:

13. —Las Escrituras afirman que el templo de Dios es casa de oración, pero ustedes lo han convertido en cueva de ladrones.

14. Entonces se le acercaron los ciegos y los cojos y los sanó allí mismo en el templo.

15. Los principales sacerdotes y los demás jefes judíos vieron aquellos sorprendentes milagros; y cuando escucharon a los niños que gritaban en el templo: «¡Viva el Hijo de David!», se perturbaron y se llenaron de indignación. Entonces le dijeron a Jesús:

16. —¿No oyes lo que están diciendo esos niños?—Sí —respondió Jesús—. ¿No dicen acaso las Escrituras que “aun los recién nacidos lo adoran”?

17. Después de esto regresó a Betania, donde pasó la noche.

18. Cuando regresaba a Jerusalén a la mañana siguiente, tuvo hambre.

19. Se acercó a una higuera del camino con la esperanza de encontrar en ella higos, ¡pero sólo encontró hojas!—¡Nunca jamás produzcas fruto! —le dijo.Y la higuera se secó.

20. Al verlo, los discípulos se preguntaron llenos de asombro:—¿Cómo es que la higuera se secó tan pronto?

21. Y Jesús les respondió:—Pues les repito que si tienen fe y no dudan, podrán hacer cosas como ésta y muchas más. Hasta podrán decirle al Monte de los Olivos que se quite y se arroje al mar, y los obedecerá.

22. Cualquier cosa que pidan en oración la recibirán, si de veras creen.

23. Ya de regreso en el templo, y mientras enseñaba, los principales sacerdotes y otros jefes judíos se le acercaron a exigirle que les explicara por qué había echado del templo a los mercaderes y quién le había dado autoridad para hacerlo.

24. —Lo explicaré si ustedes me contestan primero esta pregunta —les respondió Jesús—.

25. ¿Quién envió a Juan a bautizar? ¿Fue Dios o no?Como era una pregunta difícil de contestar, se pusieron a discutirla entre ellos en voz baja:—Si decimos que Dios lo envió, nos preguntará por qué no creímos en él.

26. Y si decimos que no fue Dios el que lo envió, el pueblo se enojará, porque casi todo el mundo cree que Juan era profeta.

27. Por fin le respondieron:—La verdad es que no sabemos.Y Jesús les dijo:—Pues yo tampoco les voy a decir quién me dio autoridad para hacer estas cosas.

Mateo 21