19. Del corazón salen los malos pensamientos, los asesinatos, los adulterios, las fornicaciones, los robos, las mentiras y los chismes.
20. Esto es lo que de veras corrompe. Pero uno no se corrompe por comer sin lavarse primero las manos.
21. Jesús salió de allí y caminó los ochenta kilómetros que lo separaban de la región de Tiro y Sidón.
22. Una cananea, que vivía por allí, se le acercó suplicante:—¡Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija tiene un demonio que la atormenta constantemente.