1. »Algunos de los que están aquí no morirán sin contemplar el advenimiento del reino de Dios con poder —añadió Jesús.
2. Seis días más tarde, Jesús llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan a una montaña alta. Estaban solos. Y allí, delante de ellos, Jesús cambió de apariencia:
3. Su ropa adquirió un color blanco y resplandeciente. ¡Ningún lavador de la tierra habría podido lograr tanta blancura!
4. Y aparecieron Elías y Moisés, que se pusieron a hablar con Jesús.
5. —Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! —exclamó Pedro—. Construiremos tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
6. Hablaba sin saber lo que decía, ya que todos estaban asustados.
12-13. —Es cierto —les respondió Jesús—. Elías vendrá primero a restaurar todas las cosas; pero lo cierto es que ya vino y la gente lo maltrató, tal como está escrito de él. Y lo mismo está escrito acerca del Hijo del hombre, que sufrirá mucho y que será rechazado.
43-44. »Si tu mano te hace pecar, córtatela. Mejor te es ser manco y entrar en la vida que tener las dos manos e ir a parar al inextinguible fuego del infierno.
45-46. Y si tu pie te hace pecar, córtatelo. Mejor es ser cojo y entrar en la vida que tener los dos pies e ir al infierno.