22. los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.
23. Estas cosas malas salen de adentro y son las que contaminan a la persona.
24. Jesús se fue de allí a la región de Tiro. Entró a una casa y deseaba que nadie supiera su paradero. Pero no lo logró,
25. pues pronto supo de él una mujer, cuya hija estaba endemoniada. Postrada a sus pies,
26. la mujer le suplicó que liberara a su hija del poder de los demonios.La mujer era griega, pero de nacionalidad sirofenicia.
27. —Primero se tiene que alimentar a los hijos —le respondió Jesús—. No es correcto que uno le quite el alimento a los hijos y lo eche a los perros.
28. —Cierto, Señor, pero aun los perrillos comen bajo la mesa las migajas que caen del plato de los hijos —respondió la mujer.
29. Entonces dijo Jesús:—Por haberme contestado así, vete tranquila; el demonio ya salió de tu hija.
30. Cuando la mujer llegó a la casa, encontró a su hija reposando en la cama. El demonio ya había salido de ella.
31. Jesús salió de la región de Tiro y se dirigió, por Sidón, al lago de Galilea, por la región de Decápolis.
32. Le llevaron un hombre que era sordo y tartamudo y le suplicaron que pusiera la mano sobre él.