5. Debido a la incredulidad de la gente no pudo realizar ningún milagro allí, salvo poner las manos sobre unos pocos enfermos y sanarlos.
6. Jesús estaba asombrado de la incredulidad de aquella gente. Y se fue a enseñar en las aldeas cercanas.
7. Y llamó a los doce y los envió de dos en dos con poder para echar fuera demonios.
8. Les ordenó que no llevaran nada con ellos, excepto un bastón. No debían llevar alimentos ni bolsa ni dinero;
9. podían llevar sandalias, pero no una muda de ropa.
10. «Cuando entren a una casa —les dijo—, quédense allí hasta que se vayan de ese lugar.
11. Y si en alguna parte no los reciben ni les prestan atención, sacúdanse el polvo de los pies y váyanse. Con eso les estarán haciendo una advertencia».
12. Los discípulos salieron y fueron a predicarle a la gente para que se arrepintiera.
13. Echaron fuera muchos demonios y sanaron a muchos enfermos ungiéndolos con aceite.
14. La fama de Jesús llegó a oídos del rey Herodes. Este pensó que Jesús era Juan el Bautista que había resucitado con poderes extraor- dinarios.
15. De hecho, algunos pensaban que Jesús era Elías; y otros, que era uno de los profetas.
16. Pero Herodes reiteró: «Él es Juan, a quien yo decapité, que ha vuelto a la vida».
19. Por eso mismo, Herodías odiaba a Juan y quería que lo mataran, pero no había podido conseguirlo.
20. Y ya que Herodes respetaba a Juan porque lo consideraba un hombre justo y santo, lo había arrestado para ponerlo a salvo. Aunque cada vez que hablaba con Juan salía turbado, le gustaba escucharlo.