Marcos 6:43-44-56 Nueva Biblia al Día (NBD)

5. Debido a la incredulidad de la gente no pudo realizar ningún milagro allí, salvo poner las manos sobre unos pocos enfermos y sanarlos.

6. Jesús estaba asombrado de la incredulidad de aquella gente. Y se fue a enseñar en las aldeas cercanas.

7. Y llamó a los doce y los envió de dos en dos con poder para echar fuera demonios.

8. Les ordenó que no llevaran nada con ellos, excepto un bastón. No debían llevar alimentos ni bolsa ni dinero;

9. podían llevar sandalias, pero no una muda de ropa.

43-44. Y aunque eran cinco mil hombres, sobraron doce cestas llenas de panes y pescados.

45. Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se fueran a Betsaida, donde él se les uniría cuando despidiera a la multitud.

46. Después que todos se fueron, Jesús subió al monte a orar.

47. Ya de noche, cuando los discípulos llegaban al centro del lago, Jesús vio, desde el lugar solitario en que estaba,

48. que sus discípulos remaban con dificultad, porque tenían los vientos en contra. Como a las tres de la mañana, se acercó a ellos caminando sobre el agua y siguió como si tuviera intenciones de pasar de largo.

49. Cuando los discípulos vieron que caminaba sobre el agua, gritaron de terror creyendo que era un fantasma,

50. pues estaban muy espantados por lo que veían. Pero él en seguida les dijo: «Cálmense, soy yo, no tengan miedo».

51. Cuando subió a la barca, el viento se calmó. Los discípulos quedaron boquiabiertos, maravillados.

52. Todavía no entendían lo de los panes, pues tenían la mente ofuscada.

53. Al llegar a Genesaret, al otro lado del lago, amarraron la barca

54. y saltaron a tierra. La gente en seguida reconoció a Jesús.

55. Él y sus discípulos recorrieron toda aquella región, y cuando oían que él estaba en algún lugar, allí le llevaban en camillas a los enfermos.

56. Dondequiera que iba, ya fuera en los pueblos, en las ciudades o en los campos, ponían a los enfermos por donde él pasaba y le suplicaban que los dejara tocarle siquiera el borde de su manto. Los que lo tocaban, sanaban.

Marcos 6