32. Llegaron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús les dijo a sus discípulos:—Siéntense aquí mientras yo voy a orar.
33. Se llevó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a sentir tristeza y angustia.
34. Les dijo: «Tengo tanta angustia que siento que me muero. Quédense aquí y vigilen».
35. Se alejó un poco y, postrado en tierra, oró pidiéndole a Dios que si era posible no tuviera él que pasar por aquella hora.
36. Al orar, decía: «Abba, Padre, para ti todo es posible. No me hagas beber este trago amargo; pero no se haga lo que yo quiero sino lo que tú quieres».
37. Después regresó a donde estaban sus discípulos y los encontró dormidos.Le dijo a Pedro: «Simón, ¿estás dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora?
38. Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».
39. Se alejó otra vez e hizo la misma oración.