29. pero ellos le dijeron con insistencia:—Quédate con nosotros. Es muy tarde, ya es casi de noche.Así lo hizo, y entró para quedarse con ellos.
30. Mientras estaban sentados a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.
31. Entonces se les abrieron los ojos y pudieron reconocerlo; pero él desapareció.
32. Y ellos se decían uno al otro:—¿No sentíamos como si nuestro corazón ardiera mientras él hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?
33. En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once y a los otros que estaban con ellos.
34. Éstos decían:—¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se le apareció a Pedro!”