1. »Éstas son mis órdenes sobre la ofrenda santísima por la culpa:
2. La víctima será sacrificada en el lugar donde se inmola el holocausto, y la sangre será rociada varias veces a lo largo del altar.
3. El sacerdote ofrecerá sobre el altar toda la grasa, la cola, la grasa que cubre los intestinos,
4. los dos riñones y la grasa que los recubre, la grasa que recubre los lomos, y un pedazo del hígado.
5. El sacerdote lo quemará todo sobre el altar como ofrenda al SEÑOR por la culpa.
6. Todo varón de entre los sacerdotes podrá comer la víctima, y deberá hacerlo en un lugar limpio, porque es un sacrificio santísimo.
7. »La misma orden se aplica a la ofrenda por el pecado y a la ofrenda por la culpa: El animal sacrificado pertenece al sacerdote que está a cargo de presentar el sacrificio, y comerá de él.
8. El sacerdote que ofrece un holocausto se quedará con la piel del animal.
9. Lo que quede de las ofrendas de harina, después de la ceremonia, será para el sacerdote que haya oficiado, cualquiera que sea la forma de la ofrenda: al horno, al sartén o cocida en cazuela.
17-18. Si queda algo para el tercer día, será quemado, porque lo que se coma el tercer día no tendrá valor de sacrificio. No se le tomará en cuenta al que lo ofreció. El sacerdote que coma será culpable, porque esa carne será considerada impura delante del SEÑOR. El que la coma tendrá que pagar por su pecado.
26-27. Sin importar dónde ustedes vivan, no podrán comer sangre ni grasa de aves ni de ningún animal. Cualquiera que lo haga será expulsado de su pueblo».
32-33. El muslo derecho se dará como contribución para el sacerdote que oficia,