7. Después de la puesta del sol quedará limpio nuevamente y podrá comer de las cosas sagradas, porque son la fuente de su vida.
8. No puede comer animales que sean encontrados muertos o que hayan sido destrozados por animales salvajes, porque esto lo contaminaría. Yo soy el SEÑOR.
9. »Todos los sacerdotes deben obedecer estas instrucciones, para que no sean culpables, y mueran por violarlas. Yo soy el SEÑOR quien los santifica.
10. »Nadie que no pertenezca a la familia de un sacerdote podrá comer de las ofrendas sagradas. Por eso, ni los huéspedes o jornaleros de un sacerdote podrán comer de las ofrendas sagradas.
11. Sin embargo, hay una excepción: Si el sacerdote compra un esclavo con su dinero, ese esclavo puede comer de lo sacrificado, y si el esclavo tiene hijos en la casa del sacerdote, ellos pueden comer.
12. Si la hija de un sacerdote se casa fuera de la tribu, no puede participar de la ofrenda sagrada.
13. Pero si queda viuda, o se divorcia y no tiene hijos que la sostengan, y regresa a casa de su padre, puede comer nuevamente de los alimentos de su padre. Fuera de esto, nadie que no pertenezca a la familia sacerdotal puede comer de las ofrendas sagradas.
14. »Si alguien come de los sacrificios sagrados sin darse cuenta, devolverá al sacerdote la cantidad que haya usado, más un veinte por ciento;
15. porque el sacrificio santo traído por el pueblo de Israel no debe ser contaminado por personas que lo coman sin estar autorizadas para ello, porque estos sacrificios han sido consagrados al SEÑOR.
16. Cualquiera que viole esta ley es culpable y está en peligro, porque ha comido de las ofrendas sagradas. Yo soy el SEÑOR, quien santifica las ofrendas».
19. sólo será aceptable delante del SEÑOR si es un animal macho sin defecto; deberá ser un becerro, un carnero o un macho cabrío.
20. Ningún animal que tenga defecto será presentado, porque no será aceptado por el SEÑOR.
21. »Si alguien ofrece un sacrificio de reconciliación al SEÑOR, ya sea ganado vacuno u ovino, sea para cumplir un voto o como ofrenda voluntaria, el animal que se vaya a sacrificar debe ser sin defecto, o no será aceptado por el SEÑOR.
22. No se debe ofrecer al SEÑOR un animal que sea ciego o que esté perniquebrado o mutilado, o que tenga llagas, sarna o cualquier otra enfermedad de la piel. No es adecuado para ofrecerlo sobre el altar del SEÑOR.
23. Si el becerro o el cordero que se va a presentar al SEÑOR tiene alguna deformidad, puede ofrecerse como ofrenda voluntaria, pero no en pago de un voto.
24. »No se podrá ofrecer al SEÑOR, bajo ninguna circunstancia, un animal que tenga los testículos lastimados, dañados, cortados o arrancados.