11. de modo que también podrán enseñarles a los israelitas las leyes que yo, el SEÑOR, les he dado por medio de Moisés».
12. Entonces Moisés le dijo a Aarón y a los hijos que le quedaban, es decir, Eleazar e Itamar: «Tomen lo que ha quedado de la ofrenda de harina de la mejor calidad, y cómanla sin levadura, junto al altar. Es una ofrenda santísima.
13. Por lo tanto, la comerán en un lugar santo. Esa parte de las ofrendas presentadas por fuego al SEÑOR te pertenece a ti y a tus hijos. Así se me ha mandado.
14. »También podrán comer, en un lugar puro, el pecho que fue mecido y presentado al SEÑOR, y el muslo que fue entregado como contribución. Es la porción que te pertenece a ti y a tus hijos e hijas, para que se alimenten. Es la porción que les pertenece de los sacrificios de paz presentados por el pueblo de Israel.
15. »El pueblo debe traer el muslo que fue apartado y el pecho que se ofreció cuando se quemó la grasa, y ambos serán presentados y mecidos delante del SEÑOR. Después de eso serán para ti y para tu familia, porque el SEÑOR lo ha ordenado así».
16. Moisés buscó diligentemente el macho cabrío de la ofrenda por el pecado, y cuando descubrió que lo habían quemado, se disgustó mucho con Eleazar e Itamar, los dos hijos de Aarón.
17. —¿Por qué no se comieron la ofrenda por el pecado en el santuario? —les dijo—. Es una ofrenda santísima, y Dios se la ha dado a ustedes para que quiten el pecado de la congregación, para hacer expiación por ellos delante del SEÑOR.
18. Puesto que su sangre no fue llevada al interior del santuario, debían haberla comido aquí, como les ordené.
19. Pero Aarón intercedió delante de Moisés.—Ellos han presentado hoy la ofrenda por el pecado y el holocausto delante del SEÑOR. ¡Y precisamente hoy me ha sucedido la desgracia de perder a mis hijos! Si yo hubiera comido la ofrenda por el pecado en un día como éste, ¿habría agradado al SEÑOR?
20. Cuando Moisés oyó la respuesta de Aarón, quedó satisfecho.