6. (En aquellos días no había rey en Israel y cada uno hacía lo que quería.)
9. —¿De dónde vienes? —preguntó Micaía.Y le respondió:—Soy levita de Belén de Judá, y estoy buscando un lugar para vivir.
12. Entonces Micaía lo consagró para que fuera su sacerdote personal.
13. —Ahora sí que Jehová me ha de bendecir —exclamó Micaía—, porque tengo un sacerdote de verdad, ¡un levita!