4. Tomó, pues, doscientas monedas y se las llevó a un platero, y el ídolo que hizo fue colocado en un santuario que Micaía hizo.
5. Micaía, que tenía muchos ídolos en su colección y tenía también un efod y terafines, instaló a uno de sus hijos en el cargo de sacerdote.
6. (En aquellos días no había rey en Israel y cada uno hacía lo que quería.)