1. En la región montañosa de Efraín vivía un hombre llamado Micaía.
2. Un día le dijo a su madre:—Aquellas mil cien monedas de plata que te habían robado, y por las cuales echaste una maldición contra el ladrón delante de mí, yo las robé.—Dios te bendiga por confesarlo —respondió su madre,
3. y él le devolvió el dinero.—Lo voy a consagrar a Jehová a favor tuyo. Con él haremos un ídolo fundido y tallado.
10-11. —Bien, quédate conmigo —dijo Micaía— y serás mi sacerdote y te respetaré como a un padre. Te daré diez monedas de plata por año, ropa y comida.Al joven le agradó la propuesta y pasó a ser como uno de los hijos de Micaía.