27. El templo estaba completamente lleno de gente. Los cinco caudillos filisteos estaban allí también junto con tres mil personas que desde los balcones contemplaban a Sansón y se reían de él.
28. Sansón oró a Jehová y le dijo:—Oh Jehová, acuérdate de mí nuevamente, dame fuerzas sólo una vez más, para vengarme de los filisteos por la pérdida de mis ojos.
29. Entonces Sansón empujó fuertemente las columnas y gritó:
30. —Muera yo junto con los filisteos.Y el templo se derrumbó sobre los jefes de los filisteos y sobre todo el pueblo. Y los que él mató en el momento de morir fueron más de los que había matado en toda su vida.
31. Más tarde sus hermanos y otros parientes fueron a buscar el cuerpo, y lo llevaron nuevamente a su tierra y lo sepultaron entre Zora y Estaol, donde Manoa había sido sepultado.Sansón había gobernado a Israel durante veinte años.