13. —Te has burlado nuevamente de mí, y me has vuelto a mentir. Ahora dime cómo se te puede capturar.—Si tejes mi cabello con un telar —le dijo—, yo me debilitaré.
14. Cuando se durmió, hizo exactamente aquello y luego gritó:—¡Los filisteos han venido, Sansón! —y él despertó y arrancó la urdimbre y el telar con sus trenzas.
15. —¿Cómo puedes decir que me amas, si no confías en mí? —se quejó ella—. Ya te has burlado de mí tres veces y no me has dicho qué es lo que te da la fuerza.
16. Como Dalila lo acosaba e importunaba día tras día, él no pudo resistir
17. y finalmente le dijo el secreto.—Jamás me he cortado el pelo —confesó—, porque soy nazareo para Dios desde mi nacimiento. Si me cortaran el cabello, la fuerza me abandonaría y yo sería tan débil como un hombre común.
18. Dalila comprendió que finalmente le había dicho la verdad, por lo que mandó a buscar a los cinco jefes de los filisteos.—Vengan una vez más —dijo ella—, porque esta vez me ha dicho la verdad.Entonces ellos llevaron el dinero que le habían ofrecido.
19. Ella lo hizo dormir con la cabeza sobre sus rodillas, y ellos hicieron entrar a un barbero para que le cortara el cabello. Dalila se dio cuenta de que su fuerza lo había abandonado.
20. Entonces ella gritó:—¡Los filisteos están aquí para capturarte, Sansón!Él despertó y pensó: "Haré como antes: me desharé de ellos". Pero no se había dado cuenta de que Jehová se había apartado de él.
21. Los filisteos lo capturaron, le sacaron los ojos y se lo llevaron a Gaza, donde fue atado con cadenas de bronce y lo ocuparon para mover el molino y moler grano en la prisión. Pero el cabello no tardó en crecerle nuevamente.
23-24. Los jefes de los filisteos hicieron una gran fiesta a fin de celebrar la captura de Sansón. El pueblo hacía sacrificios al dios Dagón y lo alababan con mucho entusiasmo.—Nuestro dios nos ha librado de nuestro enemigo Sansón —gritaban satisfechos al verlo allí atado con cadenas—. El enemigo de nuestra nación, el que destruía nuestros campos, y el que ha matado a tantos de nosotros, ahora está en nuestro poder.
25. El pueblo ya medio embriagado, pidió:—¡Traigan a Sansón para divertirnos a costa suya!Lo llevaron desde la prisión y lo pusieron en medio del templo entre las dos columnas que sostenían el techo.
26. Sansón le dijo al muchacho que lo guiaba de la mano:—Pon una de mis manos en cada columna, para apoyarme en ellas.
27. El templo estaba completamente lleno de gente. Los cinco caudillos filisteos estaban allí también junto con tres mil personas que desde los balcones contemplaban a Sansón y se reían de él.
28. Sansón oró a Jehová y le dijo:—Oh Jehová, acuérdate de mí nuevamente, dame fuerzas sólo una vez más, para vengarme de los filisteos por la pérdida de mis ojos.
29. Entonces Sansón empujó fuertemente las columnas y gritó:
30. —Muera yo junto con los filisteos.Y el templo se derrumbó sobre los jefes de los filisteos y sobre todo el pueblo. Y los que él mató en el momento de morir fueron más de los que había matado en toda su vida.