Jueces 13:19-25 Nueva Biblia al Día (NBD)

2-3. Un día el Ángel de Jehová se le apareció a la esposa de Manoa, de la tribu de Dan, que vivía en la ciudad de Zora. Ella no tenía hijos, pero el Ángel le dijo:—Aun cuando has sido estéril por tanto tiempo, pronto concebirás y darás a luz un hijo.

19. Entonces Manoa tomó un cabrito y una ofrenda de granos y la presentó como sacrificio al Señor; y el Ángel hizo algo extraño y maravilloso:

20. Cuando las llamas del altar ascendieron con sus lenguas hacia el cielo, y ante los ojos atónitos de Manoa y su esposa, el Ángel ascendió en la columna de fuego. Manoa y su esposa se postraron rostro en tierra,

21. y eso fue lo último que vieron de él. Manoa comprendió finalmente que había sido el Ángel de Jehová.

22. —Moriremos —lloraba Manoa junto a su esposa—. Hemos visto a Dios.

23. Pero la esposa le dijo:—Si Jehová quisiera matarnos, no habría aceptado nuestro holocausto y no se habría presentado, ni nos habría dicho las cosas maravillosas que nos ha dicho y no habría hecho estos milagros.

24. Cuando nació el hijo, le pusieron Sansón, y Jehová lo bendijo mientras crecía,

25. y el Espíritu de Dios comenzó a manifestarse en él cuando visitaba los campamentos de la tribu de Dan que estaba entre las ciudades de Zora y Estaol.

Jueces 13