23. Ahora bien, si para obedecer la ley de Moisés ustedes circuncidan a un varón aunque sea sábado, ¿por qué se enojan conmigo por sanarlo completamente en sábado?
24. No juzguen por lo que a ustedes les parece; juzguen con justicia.
25. Algunos de los que vivían en Jerusalén decían: «¿No es éste al que quieren matar?
26. Ahí está, hablando ante los ojos de todo mundo y nadie le dice nada. ¿Será que las autoridades se convencieron de que es el Cristo?
27. Nosotros sabemos de dónde viene este hombre, pero cuando venga el Cristo nadie sabrá de dónde viene».