33. El pan que da Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.
34. Le dijeron:—Señor, danos siempre ese pan.
35. Jesús les dijo:—Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre, y el que cree en mí no volverá a tener sed.
36. Pero como ya les dije, aunque ustedes me han visto, no creen en mí.
37. Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que viene a mí, no lo rechazo.
38. Yo he venido del cielo a cumplir la voluntad del que me envió y no la mía.
39. Y ésta es la voluntad del que me envió: que no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que los resucite en el día final,
40. porque mi Padre quiere que todo el que reconozca al Hijo y crea en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
41. Entonces los judíos empezaron a murmurar contra Jesús, porque dijo: «Yo soy el pan que bajó del cielo».
42. Y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo se atreve a decir que él bajó del cielo?»
43. Jesús les respondió:—Dejen de murmurar.
44. Nadie puede venir a mí si el Padre que me envió no lo trae, y yo lo resucitaré en el día final.
45. En los profetas está escrito: “Dios les enseñará a todos”. Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él, vienen a mí.
46. Nadie ha visto al Padre, sólo el que viene de Dios ha visto al Padre.
47. Les aseguro que el que cree tiene vida eterna.
48. Yo soy el pan de vida.