12. y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús; uno a la cabecera y otro a los pies.
13. Le preguntaron los ángeles:—¿Por qué lloras, mujer?Ella les respondió:—Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.
14. Acabando de decir esto, volvió la mirada y vio allí a Jesús de pie, aunque ella no sabía que era él.
15. Jesús le dijo:—¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?Ella creyó que era el que cuidaba el huerto, y le dijo:—Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, y yo iré por él.
16. Jesús le dijo:—María.Ella se volvió y le dijo:—¡Raboni! (que en arameo significa: Maestro).
17. Jesús le dijo:—Suéltame, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve a mis hermanos y diles: “Voy a reunirme con mi Padre, que es el Padre de ustedes; con mi Dios, que es el Dios de ustedes”.
18. María Magdalena fue a darles la noticia a los discípulos: «¡He visto al Señor!», y les contaba lo que él le había dicho.
19. El primer día de la semana por la tarde, mientras los discípulos estaban reunidos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús. Se puso en medio de ellos y los saludó diciendo:—¡La paz sea con ustedes!
20. Después de decir esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
21. Jesús volvió a decir:—¡La paz sea con ustedes! Como mi Padre me envió, así yo los envío a ustedes.
22. Luego sopló sobre ellos y les dijo:—Reciban el Espíritu Santo.
23. A los que ustedes les perdonen sus pecados, les serán perdonados; a los que ustedes no se los perdonen, no les serán perdonados.
24. Tomás, uno de los doce, al que le decían el Gemelo, no había estado con los discípulos cuando Jesús llegó.