32. Esto sucedió para que se cumpliera lo que Jesús había dicho, en cuanto a la forma en que iba a morir.
33. Pilato volvió a entrar al palacio y llamó a Jesús.Le preguntó:—¿Eres tú el rey de los judíos?
34. Jesús le respondió:—¿Dices eso por tu propia cuenta o es que otros te han hablado de mí?
35. Pilato le contestó:—¿Acaso soy judío? Fue tu propio pueblo y los jefes de los sacerdotes los que te entregaron a mí. ¿Qué hiciste?
36. Jesús contestó:—Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis servidores pelearían para que no me entregaran a los judíos. Pero mi reino no es de este mundo.
37. Pilato le dijo:—Entonces eres rey.Jesús le respondió:—Tú eres el que dices que soy rey. Yo para esto nací y vine al mundo: para hablar de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad, me escucha.
38. Pilato preguntó:—¿Y qué es la verdad? Luego de decir esto, salió otra vez a ver a los judíos.Él dijo:—Yo no encuentro a éste culpable de nada.
39. Pero como ustedes tienen la costumbre de que yo libere a un preso durante la Pascua, ¿quieren que libere al “rey de los judíos”?
40. Ellos volvieron a gritar:—¡No! ¡No sueltes a éste, suelta a Barrabás!Y Barrabás era un bandido.