5. —¿Por qué no se vendió este perfume, que vale muchísimo dinero, para dárselo a los pobres?
6. Dijo esto, no porque le importaran los pobres sino porque era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que echaban en ella.
7. Jesús respondió:—Déjenla en paz. Ella estaba guardando este perfume para el día de mi entierro.
8. A los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
9. Muchos de los judíos se enteraron de que Jesús estaba allí y fueron a verlo; pero no sólo a él sino también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado.
10. Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro,
11. pues por su causa, muchos se apartaban de los judíos y creían en Jesús.
12. Al día siguiente, muchos de los que habían ido a la fiesta se enteraron de que Jesús iba camino a Jerusalén.
13. Entonces tomaron ramas de palma y salieron a recibirlo, gritando:—¡Hosanna!—¡Bendito el que viene de parte del Señor!—¡Bendito el Rey de Israel!
14. Jesús encontró un burrito y se montó en él, como dice la Escritura:
15. «No tengas miedo, oh ciudad de Sión;aquí viene tu rey, montado sobre un burrito».
16. Al principio, sus discípulos no entendieron lo que estaba pasando. Pero después que Jesús fue glorificado, se acordaron de que todo lo que le habían hecho ya estaba escrito, y se refería a él.
17. La gente que había estado con Jesús cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos, contaba todo esto.
18. Por eso mucha gente que se enteró de que Jesús había hecho esa señal milagrosa le salió al encuentro.
19. Pero los fariseos se decían unos a otros: «Dense cuenta, así no vamos a lograr nada. ¡Miren, todo el mundo lo sigue!»
20. Entre la gente que había ido a adorar en la fiesta había algunos griegos.
21. Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le dijeron:—Señor, queremos ver a Jesús.
22. Felipe fue a contárselo a Andrés, y juntos fueron a decírselo a Jesús.
23. Jesús les respondió:—Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado.
24. Es verdad que si un grano de trigo cae en tierra y no muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto.