24. Es verdad que si un grano de trigo cae en tierra y no muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto.
25. El que ama su vida la pierde; en cambio, quien desprecia su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna.
26. El que quiera servirme, debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará el que me sirve. Al que me sirva, mi Padre lo honrará.
27. »En este momento estoy lleno de angustia, ¿y por eso voy a decir: “Padre, sálvame de este sufrimiento”? ¡Si para eso he venido!
28. ¡Padre, glorifica tu nombre!»Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Ya lo glorifiqué y lo volveré a glorificar».
29. La gente que estaba allí, y que oyó la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían que un ángel le había hablado.
30. Jesús dijo:—Esa voz no se oyó por mí sino por causa de ustedes.
31. A este mundo ya le ha llegado su juicio, y el príncipe de este mundo va a ser expulsado.
32. Pero cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.
33. Con esto, Jesús les estaba diciendo de qué manera iba a morir.
34. La gente le respondió:—Hemos aprendido de la ley que el Cristo vivirá para siempre; ¿por qué dices que el Hijo del hombre tiene que ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?
35. Jesús les dijo:—Ustedes van a tener la luz un poco más de tiempo. Caminen mientras tienen la luz, antes que los sorprenda la oscuridad; porque el que camina en la oscuridad no sabe a dónde va.
36. Mientras tienen la luz, crean en ella, para que sean hijos de la luz.Después de decir esto, Jesús se fue y se escondió de ellos.
37. Jesús había hecho muchas señales milagrosas en presencia de ellos, y a pesar de eso, todavía no creían en él.
38. Así se cumplió lo que el profeta Isaías había dicho:«Señor; ¿quién ha creído en nuestro mensaje? ¿A quién se le ha mostrado el poder del Señor?»
39. Por eso no podían creer, pues Isaías también había dicho: