25. Jesús le dijo:—Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá;
26. y todo el que cree en mí nunca morirá. ¿Crees esto?
27. Ella le respondió:—Sí, Señor. Yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo.
28. Después de decir esto, Marta regresó a la casa y llamó a su hermana María. Le dijo en secreto:—El Maestro está aquí y te llama.
29. Sin perder tiempo, María se levantó y fue a verlo.
30. Jesús todavía estaba fuera del pueblo, en el lugar donde Marta se había encontrado con él.
31. Los judíos que estaban en la casa consolando a María, al ver que se levantaba y salía de prisa, la siguieron. Ellos pensaban que iba al sepulcro a llorar.
32. Cuando María llegó a donde estaba Jesús y lo vio, se arrojó a sus pies y le dijo:—Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
33. Jesús, al ver llorar a María y a los judíos que la acompañaban, se conmovió mucho y se turbó.
34. Él les preguntó:—¿Dónde lo sepultaron?Ellos le respondieron:—Ven a verlo, Señor.