1. Jesús dijo: «Es verdad que para entrar al redil de las ovejas hay que entrar por la puerta, porque el que salta por otro lado es un ladrón y un bandido.
2. En cambio, el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
3. El portero le abre a éste la puerta y las ovejas oyen su voz. Llama a las ovejas por su nombre y las saca del redil.
4. Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, él va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.
5. Pero a un desconocido no lo siguen; más bien, huyen de él porque no reconocen su voz».
6. Jesús les puso este ejemplo, pero ellos no entendieron lo que les quería decir.
7. Por eso, Jesús volvió a decirles: «Sí, yo soy la puerta de las ovejas.
8. Todos los que vinieron antes que yo eran unos ladrones y unos bandidos, por eso las ovejas no les hicieron caso.
9. Yo soy la puerta; el que entra por esta puerta, se salvará. Podrá entrar y salir, y hallará pastos.